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Guatemala es una república habitada por 10.6 millones de habitantes (1995), de los cuales el 52% son indígenas de origen maya (51%), garífuna y xinca y el 48% restante es población mestiza-ladina. La población indígena de Guatemala es en términos absolutos la segunda más grande de América Latina (México tiene el primer lugar en números absolutos); pero en términos absolutos y relativos, en ningún país de América Latina tiene la población indígena tanta importancia como en Guatemala. La población indígena se localiza principalmente en el interior de la República (95%), en las zonas rurales de los altiplanos montantilde;osos y aislados se localiza el 80%, distribuida en miles de pequentilde;as comunidades, y en poblados urbanos vive el 15%. La población ladina-mestiza, en cambio se localiza principalmente en la capital de Guatemala (35%), en las áreas urbanas del interior de la república (50%) y en áreas rurales de asentamiento ladino (15%). Se observan aquí dos diferencias fundamentales de la distribución urbana-rural de la población según su condición étnica, lo cual también se va a reflejar concretamente en la gran diferenciación demográfica, social y étnica de la juventud guatemalteca. A nivel global el 35% de toda la población vive en poblados urbanos y el 65% en áreas rurales. Hay que tener en cuenta que la geografía de Guatemala es bastante montantilde;osa (65%) y que esto influye en la distribución geográfica de la población, en las posibilidades de acceso de ésta a servicios y en los costos que los mismos implican. La tendencia macrocefálica ha aumentado considerablemente en el último medio siglo, lo cual ha convertido a la ciudad de Guatemala en la única proveedora de los servicios básicos, pero al mismo tiempo la ha convertido en una ciudad con altos contrastes sociales, marginalidad y pobreza. Esto para la juventud es de relevancia porque mientras Guatemala posee casi de todo, el interior de la República carece casi de todo. El modelo agrario impidió la formación de ciudades intermedias grandes en el interior de la República, lo cual complica más la tendencia macrocefálica del país. De ahí que las políticas de juventud deban tener esta situación muy en cuenta mediante la generación de nuevas estrategias que permitan crear masivamente oportunidades para los jóvenes del interior del país. Muchos de los grupos o individuos que han perdido la lengua conservan la identidad, el patrimonio cultural, las instituciones sociales indígenas y los patrones de relación con los grupos considerados no indígenas, y que en Guatemala sociológicamente reciben el nombre de LADINOS. El término Ladino fue creado a partir de la relación de etnocidio, genocidio, opresión, explotación y discriminación que los invasores espantilde;oles institucionalizaron en contra del pueblo maya. En esa época el término Ladino era sinónimo de Sacerdote, Encomendero (duentilde;o de tierras y de indios) Militar y Funcionario espantilde;oles, los cuatro grupos dominantes de la colonización. El ladino era pues el invasor, el destructor, el impostor. El proceso de mestizaje entre espantilde;oles e indígenas amplió la población ladina la cual por regla general no habla ningún idioma maya, ve la cultura indígena como mero objeto folklórico (admira al indio muerto simbolizado en las ruinas y desprecia al indio vivo en la vida cotidiana) y mantiene una relación racista con respecto a la población indígena, como consecuencia de la perduración de una ideología colonial que despreció al indio y lo quiso reducir a mero objeto de explotación económica. El idioma oficial es el castellano o espantilde;ol, se hablan también dialectos mayas. Aunque el idioma oficial sea el espantilde;ol, no es entendido por toda la población indígena. Sin embargo, los Acuerdos de Paz firmados en diciembre de 1996 aseguran la traducción de algunos documentos oficiales en varias lenguas indígenas. La religión oficial y predominante es el catolicismo, con libertad de cultos (protestantes y creencias indígenas). Muchos guatemaltecos indígenas han incorporado formas tradicionales de adoración. El protestantismo y las religiones tradicionales mayas son practicadas en el 40% y el 1% de la población, respectivamente. Fuente: www.cinterfor.org.uy/public/spanish/region/ ampro/cinterfor/temas/youth/doc/not/libro55/ii/index.htm |