Un dovere morale Una lotta costante
Mondo Latino


Calendario azteca

En la cultura y en la religión azteca han habido cuatro épocas o edades desde el principio de su existencia como raza, es decir, desde su remoto establecimiento en el continente americano. Según sus leyendas y tradiciones, en cada una de estas cuatro edades desapareció totalmente la humanidad salvándose solamente una pareja para perpetuar la raza. Estas cuatro edades están representadas también en el segundo círculo del Calendario Azteca:

PRIMER SOL O PRIMERA ERA COSMOGONICA.

A la derecha del símbolo del Norte aparece un rectángulo con la figura que representa a la primera edad de la Tierra y que es el signo de OCELO TONATIUH, o sea, el Sol Jaguar o el Sol Tigre. Esta figura es la cabeza de un jaguar adornada con el "Espejo Humeante", emblema de TEZCALTIPOCA. Esta edad fue la primera y la más remota de las cuatro eras cosmogónicas durante la cual vivieron unos gigantes que habían sido creados por los dioses. Estos seres de enorme tamaño no cultivaban la tierra, moraban en cuevas y su alimentación constaba de raíces y frutos silvestres. Finalmente los primeros hombres fueron atacados y devorados por los jaguares.

Los fundamentos para esta primera época cosmogónica de los aztecas se remonta a la Era Cuaternaria, pues estos encontraron fósiles de animales prehistóricos enterrados en profundas grietas. Los indígenas al descubrir estos fósiles los confundieron con los restos de hombres de gran tamaño a los que dieron el nombre de QUINAMETZIN o HEYTLACCAME. El final de esta era ocurrió el día NAHUI OCELOTL (4-jaguar).

SEGUNDO SOL O SEGUNDA ERA COSMOGONICA.

NAHUI EHECATLHacia la izquierda del símbolo del Oriente hay otro rectángulo que representa la segunda edad cosmogónica que es el Sol de Viento llamado EHECATONATIUH, época que llegó a su final con fuertes vientos que destruyeron a la humanidad. Los dioses convirtieron a los hombres en simios y monos para que pudieran trepar a los árboles y no fueran arrastrados por los huracanados vientos. Con esto explican los mexicas la similitud entre los monos y los seres humanos. Esta época fue presidida por QUETZALCOATL, que entre sus atributos está el de ser dios del aire y de los vientos. El símbolo de esta era es una cabeza de la que sobresale notablemente un pico de pato por el cual este dios sopla los vientos y barre los campos antes da la siembra.

La idea de los fuertes vientos se originó entre los aztecas por los grandes bosques destruidos por las tempestades que encontraron y por la abundancia de simios que había en esos lugares. La humanidad en esta era sucumbió el día NAHUI EHECATL (4-viento).

TERCER SOL O TERCERA ERA COSMOGONICA.

NAHUI QUIAHUITLHay un tercer rectángulo en la parte inferior del lado izquierdo que es el símbolo del tercer Sol cosmogónico al que le dieron el nombre de QUIAUHTEONATIUH o TLETONATIUH, que fue el Sol de Lluvia de Fuego. La figura representa la cabeza del dios TLALOC, deidad de la lluvia, que presidió esta época y que los antiguos aztecas relacionaron con el Sur donde para ellos estaba la región del fuego.

En esta tercera época que finalizó el dí NAHUI QUIAHUITL (4-lluvia) la lluvia de lava y de fuego lo destruyó todo. Los dioses transformaron entonces a los hombres en aves para salvarlos de esa manera del sacrificio. Los aztecas justificaron esta creencia al ver los muchos signos de actividad volcánica que hay en nuestro territorio y tambié al descubrir restos de chozas y de esqueletos humanos bajo las formaciones de lava y ceniza de origen volcánico.

CUARTO SOL O CUARTA ERA COSMOGONICA.

NAHUI ATLEl cuarto símbolo de los soles cosmogónicos que está esculpido en el Calendario Azteca evoca a ATONATIUH o Sol de Agua y representa a la diosa CHALCHIHUTLICUE (la de la falda enjoyada), esposa de TLALOC y patrona de los mares, de los ríos, de los lagos y de esta cuarta época. La humanidad por cuarta vez es destruida, ahora en el día NAHUI ATL (4-agua), a causa de tempestades terroríficas y de lluvias torrenciales que inundaron toda la tierra firme cubriendo hasta la cima de las montañas más altas. Los dioses transformaron entonces a los hombres en peces para salvarlos del diluvio. Los descubrimientos que los aztecas hicieron en el altiplano mexicano de diferentes especies de fauna marina fosilizada dió origen a esta leyenda.

Tanto del lado derecho como del lado izquierdo, en la parte media de este sgundo círculo, aparece una garra enjoyada con chalchihuites aprisionando a un corazón humano; la del lado derecho representa a CIPATONATIUH y la del lado izquierdo a OXOMOCO, deidades masculina y femenina respectivamente, creadoras de un calendario que entregaron sus siervos humanos. Ambas figuras son las garras con las que el Sol está suspendido en el espacio. Los aztecas consideraban al Sol como un águila que cuando por la mañana aparecía en el firmamento le daban el nombre de CUAUHTLEHUANITL (el águila que asciende) y, por la tarde, cuando se ocultaba, lo llamaban CUAUHTEMOC (el águila que desciende).

QUINTO SOL, NUESTRA ERA.

Para los aztecas el mundo había ya pasado por cuatro edades o soles en los que el hombre había sido destruido. Entonces los dioses decidieron crear una nueva Epoca que es la del QUINTO SOL y en la cual vivimos ahora.

Dice la leyenda nahoa que al ocurrir la última catástrofe ocasionada por la abundante lluvia que inundó la Tierra, el CUARTO SOL se perdió. Los dioses, consternados, se reunieron en Teotihuacan con el fin de crear un nuevo Sol que diera vida a la Tierra. Para lograr el nacimiento del QUINTO SOL había necesidad de que se sacrificara un dios, para lo cual se ofrecieron dos de ellos; uno era rico y poderoso y el otro era pobre y enfermo. Ambos le hicieron ofrendas al padre de los dioses: el rico dió bolas de copal y liquidambar y espinas hechas de coral; el pobre sólo ofreció bolas de heno y espinas de maguey tintas en su propia sangre. Ayunaron cuatro días y al quinto todos los dioses formaron dos hileras al borde del precipicio donde estaba el brasero sagrado con un gran fuego. El dios rico fue el primero que pasó entre las dos hileras formadas por los demás dioses e intentó lanzarse al fuego por tres veces pero, temeroso, se arrepintió todas de hacerlo. Entonces tocó su turno al dios pobre y este en el primer intento, cerrando los ojos, se lanzó al fuego. Cayó en el centro del brasero y se levantó una flama enorme en la que se consumió. El dios rico, apenado, se arrojó detrás a la pequeña hoguera que quedaba, donde se consumió en seguida.

El dios pobre se convirtió en el QUINTO SOL y el rico en la Luna, pero ambos brillaban en el firmamento con igual intensidad. Indignados, los demás dioses, tomaron un conejo y se lo arrojaron en la cara a la Luna para quitarle brillo. Desde entonces una sombra parecida a la silueta de un conejo se ve en el disco de nuestro satélite.

Como el sol no se movía, preguntáronle a éste los demás dioses que deberían hacer para que cruzara por el firmamento, y la respuesta fue terrible: debían sacrificarse todos los dioses arrojándose también a la hoguera. Cuando al fin se sacrificaron los demás dioses se convirtieron en las estrellas que pueblan el firmamento, y el Sol emprendió su camino seguido por la Luna. Este QUINTO SOL está bajo el dominio de TONATIUH y se encuentra representado en la Piedra del Sol por el círculo central que es la cara de TONATIUH, por el símbolo CE TECPATL, por la figura XIUHUITZOLLI, por las fechas CHICOME OZOMATLI y CE QUIAHUTLI, por la llama divina, por el pectoral enjoyado, por los cinco puntos querepresentan los días complementarios, por los cuatro cuadrantes que simbolizan las edades cosmogónicas y por las garras enjoyadas. Todo lo anterior, es decir, el círculo central y el segundo círculo juntos, forman la figura NAHUI OLLIN (4- movimiento), fecha en que terminará el QUINTO SOL que está presidido por el dios XOLOTL (dios movimiento).

La destrucción de la Tierra al final del QUINTO SOL será por explosiones y terremotos que tendrán origen al final de una unidad cíclica azteca de 52 años, como cuentan las leyendas que sucedió en los otros cuatro soles anteriores; por esto, en la noche del último día del ciclo azteca se apagaban todos los fuegos, hasta el de la más humilde choza. Los sacerdotes se reunían en un templo situado en la cumbre del Cerro de la Estrella, en Ixtapalapa, D.F., y todo el pueblo, diseminado por las faldas de la elevación, esperaban sobrecogidos de temor hasta media noche temiendo que sobreviniera la destrucción general al no aparecer el Sol al otro día; pero la aparición de una estrella determinada en el centro del firmamento significaba que los dioses se habían apiadado de los hombres una vez más, que el Sol saldría a la mañana siguiente y que la Tierra tendría otro ciclo de 52 años de vida sin ser destruida.

Los sacerdotes, después de un ritual especial en el que había sacrificios humanos, encendían nuevamente el fuego que el pueblo lleno de alegría llevaría más tarde a los templos y de ahí a sus hogares, dando así principio la gran festividad del FUEGO NUEVO.