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El Calendario Azteca (Piedra del Sol) es una de las óperas de arte precolombianas más bella y admirada de la cultura azteca. Esta esculpida en una roca de basalto olivino conocido también como peridoto de origen volcánica. Es una roca formada de silicatos rica en hierro y en magnesio, componentes de muchas rocas eruptivas. Se piensa que esta escultura fue iniciada en el año 1449 durante el reino de Axayácatl, y fue terminada treinta años después, en el 1479, según lo indicado en carácteres nahoas en la parte superior y central del monolito, correspondiente al año MATLACTLI HUAN YEI ACATL (13-caña), que fue la décima tercera caña según la medición del tiempo azteca. Se cree, también, que durante la época pre-cortesiana (antes de Hernán Cortés, conquistador de México), este monolito estaba colocado sobre una plataforma de frente a un edificio llamado Cuauhcuauhtenchan (casa de las águilas). El 17 de diciembre de 1790 se encontró el monolito, cuya cara esculpida estaba vuelta hacia abajo, en la Plaza de Armas, hoy Zócalo de la Ciudad de México. Posteriormente lo trasladaron al pie de la torre occidental de la Catedral Metropolitana y en 1885 lo colocaron en una de las salas del Museo Nacional de Historia, situado entonces en la calle de Moneda. En Agosto de 1964 nuevamente fue trasladado para ponerlo definitivamente en el sitio de honor en la sala Mexica del Museo Nacional de Antropología en el Bosque de Chapultepec, en la misma Ciudad de México, donde se encuentra hasta ahora. El Calendario Azteca tiene un diámetro de 3.54 metros y un peso de más de 24 toneladas. Es una de las mejores expresiones del arte azteca y demuestra el grado de adelanto cultural y científico que este pueblo alcanzó en la astronomía, en la matemática, en la medición del tiempo y en el arte lapidario, conocimientos que los aztecas heredaron de las civilizaciones que los antecedieron y que después desarrollaron hasta este punto por ellos mismos. Las figuras grabadas en este imponente monolito representan los datos correspondientes a la formación del Sol, al orden del Sistema Planetario, a la creación de la Tierra en sus distintas eras hasta la aparición de una pareja divina que llamaron OZOMOC y CIPATONATH, figuras que están representadas en la parte central del Calendario alrededor de la figura de TONATIUH (el Sol). El Calendario Azteca en su relieve presenta ocho círculos concéntricos esmeradamente labrados, siete de los cuales están en su cara frontal y el octavo y último se encuentra labrado en el canto de la escultura. CIRCULO CENTRAL El círculo central representa el rostro de TONATIUH, el Sol, dios que en la mitología tenochca, nahoa, azteca o mexica, era patrón y señor de todos los cielos y creados de todos los fenómenos de la naturaleza. Bajo su comando estaban todos los otros dioses aztecas. TONATIUH era el protector de todo lo creado, el señor de los guerreros que murieron en combate y de las madres que murieron durante el nacimiento de su primer hijo. Una de las tantas tradiciones sobre TONATIUH, cuenta que el Sol ha tenido cuatro edades, antes de la actual, en las cuales el hombre ha desaparecido por completo salvándose solamente una pareja de hombre y mujer. Según esta leyenda la época actual esta iluminada por el QUINTO SOL. En la cara de TONATIUH se pueden apreciar los siguientes signos:
TONATIUH, en esta forma, es el representante del nacimiento del tiempo, el creador de la cronología, el señor de la Tierra y del Cielo, el hacedor del Sistema Planetario y el generador del Universo. SEGUNDO CIRCULO En este segundo círculo, además de los símbolos de las Eras Cosmogónicas - épocas o edades por las que atravesó la raza azteca - (ver página separada), se aprecian los siguientes signos: En la parte superior derecha está la figura de CE TECPATL (1-coltello di ossidiana) que es el símbolo del Norte y a su vez era el jeroglífico con el cual se identifica el dios Tezcatlipoca (Espejo Humante). En la parte superior derecha está la figura de XIUHUITZOLLI (pluma de codorniz azul), símbolo del Oriente y representación del dios Quetzalcoatl (Serpiente Emplumada o Gemelo Divino), cubierto con las armas que se colocaban sobrelos cadávers de los nobles y de bravos guerreros durante su funeral. En la parte inferior derecha está el símbolo de CHICOME OZOMATLI (7-scimmia) que representa el Occidente. En la parte inferior izquierda se encuentra el símbolo de CE QUIAHUTLI (1-pioggia) que representa el Sur. Si dibujamos dos lías rectas, la primera que una la figuras CE TECPATL y CE QUIAHUTLI e la segunda que una los síbolos XIUHUITZOLLI y CHICOME OZOMATLI, si forman dos ángulos opuestos por el vértice. La apertura de estos ángulos, según algunos autores, señala el recorrido anual del Sol hacia uno y otro lado de la línea de los equinoccios. Estos ángulos miden cerca 23 grados y medio. En la parte central superior de este círculo hay un símbolo de V invertida que representa la llama divina del Sol y de la creación. En la parte inferior se ve un pectoral ricamente adornado con piedras preciosas de chalchihuites. Distribuidos en este segundo círculo hay cinco puntos correspondientes a los cinco días complementarios o de descanso absoluto y considerados nefastgos entre los nahoas, que venían agregados al final de cada año compuestos de dieciocho meses de veinte días cada uno. TERCER CIRCULO En este círculo se distinguen veinte espacios, correspondientes a cada uno a un período, considerado como el mes azteca, de veinte días. Los días, iniciando del primero superior en sentido antihorario (lectura normal para las poblaciones mesoamericanas), son: giorno 1 - CIPACTLI - Cocodrilo El año civil del pueblo azteca constaba de 365 días, constituidos de 18 meses de veinte días cada uno más cinco días que se agregaban al terminar el diciochoavo mes. Estos últimos cinco días, además de considerarse complementarios, eran de reposo absoluto y eran considerados infaustos ya que los aztecas pensaban que durante estos cinco días podían suceder las mayores calamidades hasta la destrucción de la Tierra que según una leyenda pod&icute;a suceder al terminar un ciclo de 52 años. Los cinco días finales de la era denominada NEMOTEMI, no teniendo un destino especial ni un dios protector, eran representados en la piedra del Sol por cinco puntos distribuidos en el segundo círculo. Durante un ciclo azteca de 52 años, los sacerdotes hacían correcciones al calendario, indispensables para evitar que no se retardara de 13 días dada la presencia de los años bisiestos (366 días). Cada día del mes era protegido por un dios o una diosa que tenía influencia, dado su propia naturaleza, en las actividades de los seres humanos, por lo que el calendario era consultado antes de cualquier actividad para controlar que el día fuera propicio a ella. Dado que el significado de los segnos calendarísticos y su interpretación era conocimiento solamente de la clase sacerdotal, quando nacía un niño se hacía venir uno de los sacerdotes para que según el signo y el dios de aquel día, anticipara el destino del recién nacido. Si el signo y el dios patrón eran adversos, se hacían ritos y conjuros indispensables para deshacer el destino así hostil. El conteo de los días iniciaba en el cuadro superior a la izquierda de la punta de la llama divina, en el círculo anterior y continuaba en sentido antihorario hasta terminar en el lado derecho de la punta de dicha llama. Los antiguos mexicanos, en contar el ciclo, utilizaron solo los signos ACATL (caña), TECPATL (cuchillo de obsidiana), CALLI (casa) e TOCHTLI (conejo) contados de trece en trece pero intercalados: 1 ACATL, 2 TECPATL, 3 CALLI, 4 TOCHTLI, 5 ACATL, 6 TECPATL, etc., hasta regresar 1 ACATL después de 52 transcurridos. CUARTO CIRCULO En este círculo están representados los 260 días que constituyen el TONALAMATL, o calendario incompleto, que usaban los sacerdotes durnate sus adivinaciones para asignar los nombres a los nuevos recién nacidos y, principalmente, para manejar las actividades agrícolas de la comunidad. Los 260 días se obtienen multiplicando los 52 registros en que consta este cuarto círculo por el número representado en cada registro por cinco pequeños círculos colacados en una placa de giadeite. Son visibles solamente 38 registros ya que los otros catorce están cubiertos por las figuras en "V" que suben hacia los círculos quinto y sexto, otros cinco están cubiertos por las "V" inferiores y finalmente nueve están cubiertos por otras "V", tres por cada una de ellas. TONALAMATL, dios administrado por los agricultores, difiere de la fecha de inicio del año civil azteca ya que debía adaptarse a los trabajos propios del campo, basados principalmente en la cultivación del maíz, todavía hoy base de la alimentación de los pueblos latinoamericanos. En el altiplano de ANAHUAC, el TONALAMATL iniziaba el día dos de marzo del calendario actual.< QUINTO Y SEXTO CIRCULO Estos dos círculos representan la tierra y el cielo. La tierra es el quinto círculo y el cielo el sexto círculo. Uniendo lso dos círculos se encuentran figuras en forma de "V" que representan los rayos creadores y vivicantes del Sol, y a su vez, marcan o delimitan los ocho espacios que corresponden a cada una de las ocho partes en que los aztecas dividieron el día. Estas figuras, no solo indicaban las divisiones del día, sino también hacían referencia a los puntos cardinales. Las figuras que presentan serpentinas en sus extremos, indican los cuatro puntos cardinales princiaples, respectivamente Norte, Sur, Oriente y Occidente. Las otras cuatro figuras sin serpentinas corresponden a los cuatro puntos cardinales intermedios. Alternando con los rayos solares hay otras ocho figuras de forma rectangular que señalan las ocho partes en las cuales los aztecas dividieron la noche. Estas figuras, además, simbolizan la luz, la fuerza y la belleza del Sol. Estos rectángulos están formados por placas de giadeite adornadas en el centro de cinco chalchihuites de color rojo. Las placas de giadeite están sujetas por correas de color rojo adornadas en la parte superior de tres puntas de plumas osbre las cuales descansa una serpentina en forma de perla. A lo largo de la circunferencia del quinto círculo hay repetidas figures iguales al emblema que aparece en la frente de TONATIUH en el círculo central de la piedra del Sol. Estas figuras seguramente non sono un adorno del monolito porque estarían en un lugar inadecuado. Dado el total de estos elementos, 104, se deduce que cada uno de ellos representa un año y que el total significa HUEHUETILIZTLI es decir, el ciclo de 104 años base de las medida del tiempo entre los aztecas. Notar que los emblemas visibles son solamente 70: los otros 34 están cubiertos por las figuras sobrepuestas: 24 cubiertos por las figuras en forma de "V", tres por cada una de ellas; en la parte inferior del séptimo círculo se separan verso il sexto y quinto ciírculos, los penachos de dos rostros, cada penacho cubre cinco emblemas, los faltantes para llegar a 104. Junto a las figuras anteriores se encuentras grupos de líneas paraleas, adornados cada uno de ellos con un chalchihuite, representando la sangre que alimenta y da vida a la tierra. En el sexto círculo hay esculpidas figuras que tienen la forma de espuela. Se cree que estos elementos son gotas de sangre que se separan del cielo. Pero muchas representaciones de gotas de sangre que existen en los códigos no tienen esta forma, es decir, no tienen la pequeña extrmedidad en la parte superior, sino una forma clásica, que corresponde a una gota seca, una figura circular concava hacia abajo. Las figuras arriba descritas son formas esterilizadas del adorno de QUETZALCOATL y por lo tanto son signos netamente venusianos. En el sexto círculo y separándose en la parte interna del sīptimo c&icaute;rculo se ven figuras que simbolizan llamas de fuego intenso. Cada figura tiene un grupo de cuatro barras con un valor simbólico cronológico. SEPTIMO Y OCTAVO CIRCULO En el séptimo círculo, el último externo de la fachada del Calendario Azteca, están esculpidas dos Serpientes de Fuego llamadas XIUCOATLS, cubriendo cada una una semicircunferencia y tocándose en la parte superior del monolito por las colas y en la parte inferior por las lenguas. En la parte inferior del séptimo círculo, lado izquierdo, y de la boca del serpiente surge el rostro de TONATIUH, el Sol. Su identificación es simple ya que su frente ostenta el símbolo que rpersenta la fachada central de la Piedra del Sol, característica de esta divinidad. Otro detalle que permite la plena identificación de TONATIUH es la oreja formada de un disco similar al que cuelga del rostro de la parte central. El rostro que aparece en la boca de XIUCOATL en el lado izquierdo es el de QUETZALCOATL, en una de sus múltiples repreesentaciones, en este caso la del planeta VEnus cuando aparece al inicio del alba y que los aztecas denominaban TLAHUIZCALPANTECUHTLI. La oreja de este personaje es un simple disco. En la parte inferior del rostro se pueden apreciar las líneas cruzadas que simbolizan una malla en forma de máscara, una de las características del dios QUETZALCOATL en representación de la oscuridad y de la noche. El emblema de la luz en la mitología Nahoa fue una lengua humana, y en la Piedra del Sol, en la parte inferior del séptimo círculo sale de cada una de las bocas de la serpientes una lengua en forma de cuchillo de obsidiana, tocándose ambas hasta confundirse, para indicar que el Sol y Venus se acercan en el cielo al ocaso cada vez que este último se cierra para dar paso a la noche, o en la mañana, cuando el cielo se abre para dar inicio al nuevo día. Esta agrupación simboliza la lucha diaria de TONATIUH, el Sol, y el dios de la Noche, para aparecer en el horizonte en la mañana siguiente y continuar dando alimento a la vida en la Tierra. En la representación del ser mitológico XIUCOATL aparecen siempre los mismos signos generales: el cuerpo compuesto de varias secciones; un ornamento peculiar en la frente: una serpentina o corno invertido adornado con siete círculos característicos que representan la constelación de las Pleyades. El cuerpo de cada uno de los XIUCOATLS está formado por trece segmentos, simbolizando cada uno un año que los aztecas llamaron XIUHUITL. Los trece segmentos de cada una de las Serpientes de Fuego formaron una nueva unidad cíclica que denominaron TLALPILLI. Cerca a la última parte de las colas de cada una de las serpientes aparece un XIUHUITL con un ramo formado de cuatro cintas de amatl, especie de papel que obtenían los aztecas de la cabuya. Este ramo significó que TLALPILLI debía multiplicarse por cuatro, ya que cuatro son las cintas de este ramo, dando como resultado un ciclo de 52 años que denominaron XIUHUMOLPILLI. La suma de dos XIUHUMOLPILLI formaba un nuevo ciclo, HUEHUETALIZTLI, constituido de 104 años. MEZTALI (mes de veinte días), XIUHUITL (año de 365 días), TLALPILLI (período de trece años), XIUHUMOLPILLI (período de 52 años) e il HUEHUETALIZTLI (período de 104 años) fueron entre los aztecas las unidades cíclicas para la medida del tiempo, sujetas todas ellas a ritos religiosos. Los aztecas, como los mayas, usaron dos calendarios: el de 260 días y el de 365 días. El primero fue el conocido por el pueblo en general y se utilizaba principalmente para las actividades agrícolas bajo la dirección de los sacerdotes. El segundo calendario fue únicamente dominio de la clase sacerdotal y por determinados miembros de la nobleza dada la dificultad en su aplicación ya que para comprenderlo y fare las correcciones para formar los años que ahora conocemos como bisiestos era necesaria una amplia y sólida preparación. En la parte superior de la Piedra del Sol, entre las dos colas de las serpientes, se ve una figura, en forma de quadrilátero, placa de consacración y dedicación a este monolito. En la placa está esculpita la fecha MATLACTLI OMEY ACATL (trece caña), que es en la que se terminó esta grande obra y que corresponde al año 1479 del calendario gregoriano. Finalmente, en el canto de la Piedra del Sol, octavo círculo, fueron esculpidos los símbolos que representan las estrellas en el cielo nocturno y los cuchillos de obsidiana del planeta Venus. Articolo estratto e tradotto dal sito www.arteyestilos.net/historia/caleazteca.htm |