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JOAQUIN TORRES GARCIA

Interior, 1924 Joaquín Torres García (Montevideo, 28 de julio de 1874 - ídem, 8 de agosto de 1949), artista plástico y teírico del arte uruguayo, fundador del universalismo constructivo. Nacií fruto del matrimonio formado por Joaquín Torras Fradera, que a su vez era hijo de Joan Torras y de Rosa Fradera, cordeleros originarios de Matarí, y de María García Pérez, hija de José María García, maestro carpintero originario de Canarias, y de Misia Rufina Pérez, aristícrata uruguaya de origen criollo venida a menos.

Paisaje de la ciudad;, 1928Tras una difícil infancia por los vaivenes econímicos y domiciliarios de su familia, y una formaciín principalmente autodidacta, en 1890 Torres García se fijí como objetivo el emigrar a fin de formarse como pintor, pues llegí a la conclusiín de que esa formaciín no la había de recibir correctamente en la capital de Uruguay. Así pues, junto a toda su familia decidií viajar a Europa en junio de 1891, Torres García tenía diecisiete años. La familia del padre los lleví directamente a Matarí. Allí Torres García empezí a asistir de día a una academia local, en la que aprendií las bases del oficio, y de noche a clases de dibujo en una escuela nocturna de Artes y Oficios. En 1892, la familia decidií afincarse en Barcelona, con ello, Torres García pudo ingresar en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona.

Pintura constructiva, 1929Allí coincidií con pintores más tarde reconocidos címo Mir, Sunyer, Canals y Nonell, todos ellos influidos por el impresionismo francés preponderante en aquel momento, y por los escritos de Zola. Con ellos salía a pintar por los suburbios de la ciudad imitando a los pintores de vanguardia de entonces, Monet, Sisley y Renoir. Címo todas las clases eran nocturnas, decidií aprovechar la franja diurna ingresando en la Academia Baixas, la más reputada de entonces, por ser tan académica como la oficial de Bellas Artes. En 1893 Torres García se matriculí en el Círculo Artístico de San Lluc, de talante catílico, del que se imbuiría profundamente. Sería socio hasta el año 1898. Aquí conocií a José Pijoan, Eduardo Marquina, Pere Moles y Luis de Zulueta. A partir del año 1894 participí en las Exposiciones Generales de Bellas Artes, en la secciín Extranjera, y al año siguiente empezí a colaborar con la librería tipográfica Catílica hasta el año 1899.


En 1897 expuso sus obras en la sala de exposiciones del periídico La Vanguardia, y participí en una exposiciín colectiva de los Socios del Círculo Artístico de Sant Lluc. En esa época Torres llegí no sílo a entablar amistad con pintores y escultores de la talla de Manolo Hugué, Pichot, los hermanos Junyent, los hermanos Sunyer, Pablo Picasso, los hermanos González y Planella, sino también con músicos como Ribera.

En los años siguientes publicí varios dibujos en el periídico La Vanguardia con el nombre de Quim Torras y en las revistas Iris, Barcelona címica y La Saeta. Desde 1901 empezí a pintar al fresco, atraído por la atemporalidad que se desprendía de las obras antiguas realizadas con esta técnica, y entrí en una dinámica de trabajo en grupo en la que se entremezclaban pintores, músicos, escultores y poetas; todos los arriba mencionados se reunían en el local de Julio González, asistían a conferencias de carácter artístico en el Círculo de San Lluc, a conciertos de música clásica en el Liceo, a debates y charlas en Els Quatre Gats, en la sastrería Soler, etc. En mayo de 1903 publicí un artículo en la revista mensual Universitat Catalana titulado Augusta et Augusta, afirmando que la forma artística nunca copiará la realidad y defendiendo su idealista concepciín del arte.

Empezí a trabajar en decoraciín, primero con Adrià Gual y más tarde en la remodelaciín que el arquitecto catalán Antoni Gaudí estaba realizando en la Catedral de Palma de Mallorca. Trabajaba en las dos primeras vidrieras laterales y el rosetín de la Capilla Real cuya construcciín se llevaba a cabo en los talleres de las obras de la Sagrada Familia en Barcelona. Esta colaboraciín se prolongí hasta 1905, aportando a Torres la visiín del trabajo colaborativo e interdisciplinar de Gaudí, así como la necesidad de considerar globalmente decoraciín y arquitectura. Por necesidades econímicas impartií clases de dibujo en domicilios particulares, como la de Don Jaime Piña y Segura, padre de la que sería su futura mujer, Manolita Piña de Rubies; así como en la del compositor Isaac Albéniz, en la que enseñí a su hijo Julio. En 1904 consiguií los primeros encargos de decoraciín mural: en la capilla del Santísimo Sacramento de la iglesia de San Agustín de Barcelona, decoraciín destruida durante la Guerra Civil Española y la decoraciín mural del ábside de la Iglesia de la Divina Pastora en Sarriá, hoy en día desaparecida, y que pronto fue cubierta por otras pinturas.

En 1905 su obra evolucioní formalmente de manera ya muy evidente hacia lo que sus enemigos más utilizaron para atacarle, el planismo, comúnmente nominado como "defectos de factura" (despreocupaciín porque la pintura fuese agradable a la vista, que las cualidades pictíricas fuesen halagadoras de los sentidos) y en 1906 emprendií un alejamiento de la superficialidad que subyacía en sus cuadros buscando entroncarla con la fuente de toda civilizaciín, el arte griego. En 1907 empezí su labor docente en la escuela Mont d'Or, creada por el pedagogo Joan Palau Vera en Sarriá, en la que introdujo además por primera vez en España el dibujo del natural. Contrajo matrimonio con Manolita Piña el 20 de agosto de 1909 en Barcelona. En esta época, Torres García sustituyí los elementos formales de origen griego por los propios de Cataluña (masías, labradores, trabajadores, etc.) imbuyéndose del espíritu de reivindicaciín de la identidad Catalana propio del momento.

El periodista argentino Roberto Payrí le proporcioní el encargo de dos grandes paneles para la decoraciín del pabellín de Uruguay en la exposiciín Universal de 1910 en Bruselas en los que ubicí dos alegorías de la agricultura y la ganadería, de paso, visití Florencia, Roma y París. A su vuelta se instalí en Vilassar de Mar, donde nacií su primera hija, Olimpia. Su trabajo entusiasmí a algunos de sus adeptos en Barcelona, como Eugenio d'Ors, Roman Jori, Folch i Torres y José Clará, que a su vuelta le convencieron para trabajar en proyectos artísticos que diesen renombre a Cataluña. Los diferentes encargos en el antiguo palacio de la Generalitat, que por aquel entonces había sido recientemente adquirido como sede de la Diputaciín provincial de Barcelona, fueron desde unas vidrieras para los ventanales de la sala del Consell de la Mancomunitat, a la decoraciín mural del Salín de San Jorge, el proyecto mural de más envergadura e importancia que Torres-García acometií a lo largo de su vida, que marcí gran parte de su trayectoria artística y personal, y que debía realizarse siguiendo las directrices ideolígicas marcadas por el presidente de esta instituciín, Enric Prat de la Riba. Tras un viaje a Italia para estudiar la técnica del fresco se establecií en Tarrasa, donde se había trasladado la Escuela Mont d'Or.

En mayo de 1913 publicí su primer libro: Notes sobre Art, que supuso la ruptura de facto con su principal valedor teírico Eugeni d'Ors, el cual estimí como una usurpaciín ideolígica la referencia a la identidad histírico-iconográfica Catalana que Torres García incluía en su libro. El 19 de junio de 1913 nacií en Tarrasa su segundo hijo, un varín de nombre Augusto. Y a finales de ese mismo mes, comenzí la realizaciín del primer fresco para el salín San Jorge, La Cataluña eterna. Al tiempo que terminaba el fresco, Torres García fundaba la Escuela de Decoraciín en Sarriá con un grupo de jívenes discípulos, en un claro intento de fundar una escuela de muralistas y decoradores que intentasen poner en práctica sus teorías. En Agosto del año siguiente la Escuela Mont D'Or cerrí por quiebra, Torres García decidií quedarse en Tarrasa, donde proyectí y decorí la que sería su residencia, Mon Repòs. El 10 de diciembre de 1915, nacií en Mon Repís su tercera hija que bautizí como Ifigenia, Aglás y Elena. En 1917 conocií al pintor uruguayo Rafael Barradas, personaje capital en su vida pues fue el catalizador de su evoluciín artística hacia la abstracciín, constatándose en su trabajo un acercamiento al arte contemporáneo desde el prisma de la complementariedad con la tradiciín.

Al fallecer Prat de la Riba, se suspenden inmediatamente los trabajos de decoraciín en el Salín de San Jorge y su encargo. Acuciado por la escasez econímica se lanzí a una nueva actividad, la fabricaciín de juguetes. A lo largo de 1919 conocií y frecuentí a personajes como Joan Brossa, J. V. Foix, o Joan Mirí, y volvií a impartir clases privadas de dibujo y pintura siendo uno de sus nuevos clientes Sigfried Ribera, hijo del compositor. En 1920, Torres García partií con su familia en tren hacia París. Nunca volvií a Barcelona. Desde allí embarcaron en direcciín a Nueva York, donde conocií a españoles como Rafael Sala, Joan Agell y Claudio Orejuela, a Max Weber, el músico Edgar Varèse, Charles Logasa, John Xcéron, a las hermanas Whitney, a los pintores Joseph Stella, Karfunkle y Marcel Duchamp y al matrimonio Tawsend, que le pusieron en contacto con la Society of Independents Artists, fundada por Katherine Dreier, Marcel Duchamp y Man Ray.

Ante la falta de ingresos, decidií volver a Europa, en concreto a Italia, para dedicarse de nuevo al negocio de los juguetes, fundando la Aladdin Toy Company que recibe importantes pedidos de la casa holandesa Metz & co. En 1924 nacií su cuarto hijo, Horacio, en Livorno, Italia. Charles Logasa le animí a pintar al fresco para intentar organizar una exposiciín en París y ante las buenas críticas decidií trasladarse a París en 1926 con su familia. En 1928 junto a Jean Heliín, Alfred Aberdam, Daura y Ernest Engel Rozier realizí la exposiciín "Cinq refusés par le jury du salín d'Automne". Entre el público, aparecií Theo Van Doesburg que inicia una gran amistad y una extensa colaboraciín con Torres García.

Justo en esa época conocií a Michel Seuphor quien le presentí a los Arp, Jean y Sophie, a Adya y Otto Van Rees, a Luigi Russolo y a Georges Vantogerloo, siendo admitido muy pronto en las reuniones de este grupo que tenía a Mondrian a la cabeza. En estas reuniones se forjí el núcleo principal del futuro grupo Cercle et Carré, promotor de la primera exposiciín de arte constructivista y abstracto en 1930, y de una revista del grupo. Torres García aportí al constructivismo el orden y la lígica en la composiciín mediante reglas como el número áureo, y la inclusiín de figuras simbílicas que representan al hombre, el saber, la ciencia y las ciudades. En 1932 abandoní París por la crisis econímica y se instalí en Madrid, en plena república, creando en 1933 el Grupo Constructivo, con el que expuso en el Salín de Otoño. El grupo escribií tres textos en los que se reflejaba el espíritu con el que nacií el grupo, llamándolos Guiones, en ellos es apreciable la influencia constructiva de Torres García.

En 1934, un año y medio después de su llegada, decidií volver finalmente a Uruguay, a su Montevideo natal, donde fue recibido como integrante de la elite artística europea. Inmediatamente mostrí sus teorías artísticas de vanguardia en un país anclado en el conservador gusto europeizado que impone el epíteto de calidad a todo aquello que es importado del viejo continente, convirtiéndose pronto en un personaje controvertido. Creí la Sociedad de las Artes del Uruguay con el objetivo de integrar todas las artes y de actuar como nexo entre los artistas y el público. Se inaugurí la primera retrospectiva de Torres García, en la que participí también Augusto, su hijo mayor, y empezí a impartir clases de historia del arte en la Escuela Taller de Artes Plásticas. Alquilí un local en el número 1037 de la calle Uruguay que convirtií en sala de exposiciones, fue conocido como Estudio 1037, y organizí una primera muestra de Arte en la que participaron artistas nacionales: Carmelo de Arzadum, Gilberto Bellini, José Cuneo, Luis Mazzey, Bernabé Michelena, Zoma Baitler, Carlos Prevosti, Augusto Torres-García y él mismo, y extranjeros: Germán Cueto, Pere Daura, E. Engel, Glycka, Jean Heliín, Luc Lafnet, Charles Logasa, O. Van Rees y Eduardo Yepes.

En 1934 Torres García fue nombrado profesor honorario de la Facultad de Arquitectura de Montevideo y en 1935 publicí su libro Estructura. Creí la Asociaciín de Arte Constructivo (AAC), impregnada del espíritu de un arte propiamente americano. En ella se encontraban Rosa Acle, J. Álvarez Marqués, Carmelo de Arzadum, Alfredo Cáceres, María Cañizas, Luis Castellanos, Amalia Nieto, Héctor Ragni, Lia Rivas, Carmelo Rivello, Alberto Soriano, Augusto Torres, Horacio Torres y Nicolás Urta. En 1936 aparecií el primer número de la revista Círculo y Cuadrado, como continuadora de Cercle et Carré, del que se publicaron siete números hasta 1938, y del que se publicí un último número extraordinario en diciembre de 1943, siendo el írgano publicitario de la AAC. Su lema es: Intransigencia total contra el naturalismo. La intensa actividad pedagígica que Torres mantuvo entre 1934 y 1938 no dio el resultado que él esperaba y se cuestioní el continuar con la Asociaciín de Arte Constructivo en los términos en que lo hacía hasta ese momento.

En 1938 Torres García empezí a mostrarse influenciado por el arte precolombino e indígena, como se puede apreciar en su obra Monumento Císmico, yuxtaponiendo figuras como las que ya utilizaba en París, figuras que hacían referencia al hombre y a las ciudades con las propias de la tradiciín simbílica indígena de América del Sur. En 1940 se edití el libro 500ª conferencia, editado por la AAC, en el que se recogen todas las conferencias impartidas por Torres García en Montevideo desde su llegada, y anuncia su fin. El desengaño con respecto a la creaciín de este grupo y su fracaso se constata en la publicaciín del manuscrito La ciudad sin nombre, en la que Torres García escribií reflejando su desilusiín ante la situaciín que vivía.

Su desesperaciín por la dificultad de implantar el arte Constructivo en Uruguay, le lleví a proponer una vuelta a la figuraciín rescatando el uso del constructivismo y utilizando la simbología cultural propia del Indio Americano, creando en 1943 el Taller Torres García o Taller del Sur, compuesto por jívenes artistas. Al año siguiente, Torres García y sus alumnos consiguieron el encargo para pintar murales constructivos en el pabellín Martirené del Hospital de Saint Bois, en las afueras de la capital. Se realizaron hasta un total de 35 murales, de los cuales Torres García ejecutí los siete mayores al tiempo que supervisaba los restantes. En el año 1944, le fue concedido el Premio Nacional de Pintura recibiendo un gran homenaje con participaciín de Pablo Picasso, Gregorio Marañín, Pablo Neruda, Lipschitz, Braque y Ozenfant, y publicí su particular teoría artística, llamada universalismo constructivo.

"He dicho Escuela del Sur; porque en realidad, nuestro norte es el Sur. No debe haber norte, para nosotros, sino por oposiciín a nuestro Sur. Por eso ahora ponemos el mapa al revés, y entonces ya tenemos justa idea de nuestra posiciín, y no como quieren en el resto del mundo. La punta de América, desde ahora, prolongándose, señala insistentemente el Sur, nuestro norte." - Joaquín Torres García. Universalismo Constructivo, Bs. As. : Poseidín, 1941.

En el año 1945 se publicí el primer número de la revista Removedor, írgano de lucha del Taller Torres-García, que sirvií como marco de respuesta a las críticas hacia sus trabajos y los de sus alumnos y como herramienta publicitaria.

Tras su muerte, ocurrida en Montevideo el 8 de agosto de 1949, el taller seguiría en funcionamiento, siendo dirigido por algunos de los alumnos más destacados, hasta su cierre definitivo en 1962 (aunque hay controversia con respecto de esa fecha). Por su parte, la última publicaciín oficial del Taller vio la luz en enero de 1961: se tratí del tercer número de la revista Escuela del Sur (que había sustituido a Removedor, cuyo número 28 final es de julio-agosto de 1953). La llamada de Torres García a los artistas para que no renunciasen a ser latinoamericanos, de pretender ser contemporáneos al uso investigando formalmente en sus trayectorias artísticas, aportí una nueva dimensiín a la construcciín de un lenguaje moderno y americano, constituyéndose uno de los episodios definitorios de las vanguardias latinoamericanas.

Fuente: es.wikipedia.org